Por José Barraza Molina, periodista científico.
En 1982, Rebolledo fue elegido presidente de la Sociedad de Matemática de Chile (SOMACHI), y bajo su cargo, lograron obtener la personalidad jurídica Junto con lo anterior, lograron impulsar dos importantes iniciativas de desarrollo científico.
En primer lugar, en gestiones realizadas ante el Servicio Cultural de la Embajada de Francia, se logró establecer un comité de especialistas para evaluar las candidaturas a becas francesas de postgrado en Matemáticas. En segundo lugar, se elaboró un amplio programa de desarrollo de la Matemática en Chile que contó con la participación de activos matemáticos que habían regresado al país en aquella época, entre ellos, Ricardo Baeza, Jorge Soto Andrade, Rolando Chuaqui, Oscar Barriga, Servet Martínez, Rafael Correa, Rubí Rodríguez y Guido del Pino. Este proyecto fue financiando por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y benefició al conjunto de los matemáticos chilenos dispersos en diferentes universidades nacionales. Esto permitió financiar estudiantes, profesores visitantes, realización de congresos y compra de material bibliográfico. Rebolledo fue reelegido a la presidencia de la Sociedad dos veces consecutivas más y, luego, ocupó diversos cargos en el Directorio. Alejado del Directorio durante un tiempo siempre mantuvo una activa participación en diversas comisiones de trabajo.
En paralelo, también participaba en organizaciones internacionales de científicos, siendo elegido “fellow” del Instituto Internacional de Estadística (ISI), en 1982; presidente del Comité Latinoamericano de la Sociedad Bernoulli, en el año 1983; y miembro del Consejo Directivo de dicha sociedad en 1985.
En 1994 fue elegido nuevamente presidente de la Sociedad de Matemática de Chile, participando en la fundación de la Unión Matemática de Latinoamérica y del Caribe (UMALCA), representando a Chile en su Asamblea. El mismo año presidió la Comisión de Desarrollo e Intercambio de la Unión Matemática Internacional, cargo en el cual permaneció hasta el año 2002. En la actualidad, es miembro de la Comisión de Ética del International Statistical Institute (ISI).

Un episodio quizás menos conocido de cooperación científica organizado por Rebolledo es aquel que se estableció con el Instituto Steklov de la Academia de Ciencias de Rusia, siendo invitado una primera vez por dicha institución para dictar una conferencia plenaria en el Primer Congreso Mundial de Probabilidades, en 1986. Tras su presentación, continuó recibiendo sucesivas y periódicas invitaciones que permitieron organizar un programa de formación doctoral en matemáticas y física de estudiantes chilenos en los institutos de la Academia de Ciencias de Rusia. El acuerdo establecía que la Academia otorgaría becas a estudiantes seleccionados mediante concurso de antecedentes por las sociedades científicas chilenas. Hubo dos estudiantes de física y uno de matemáticas que partieron a formarse en Moscú.
Para resumir, Rebolledo ha mantenido una actitud constante de dotar a Chile de una adecuada institucionalidad para el desarrollo de la ciencia, desde los albores del Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (FONDECYT) o bien participando en la generación de instancias de coordinación de las sociedades científicas como ICSU-Chile, o trabajando en la confección de los directorios de agrupaciones científicas chilenas. Recientemente, en los años 2014-2015, colaboró con el Gobierno de la Región del Libertador Bernardo O’Higgins en el equipo redactor del anteproyecto de nueva universidad estatal. En ese trabajo, discutido con la comunidad de la región, Rebolledo propone un nuevo concepto de universidad politécnica que comience por instalar una red de institutos de investigación interdisciplinarios en estrecha relación con la región, desarrollando nuevas carreras con fuertes bases científicas, complementando la formación que entregue el centro de formación técnica dependiente de esta universidad.