Por José Barraza Molina, periodista científico.
Importante es ahondar en el método seguido por Rebolledo en la investigación matemática. Su método se fundamenta en una estrecha relación con la reflexión filosófica y ha manifestado su profunda convicción de la necesaria interacción entre las diferentes ciencias dado que estas se originan en la relación de transformación mutua de la especie humana con la naturaleza.
En su concepto, las ciencias están en constante evolución y desde ese punto de vista, no pueden existir teorías totales e inmanentes. Todas están sujetas a la evolución, que en cada etapa genera nuevas teorías capaces de englobar a las anteriores como casos particulares. Es en ese contexto general que él ha acuñado su concepto de sistema dinámico abierto, como una interrelación de una parte de la naturaleza que contiene nuestros observables en un tiempo dado con el medio que la rodea (interpoiesis). Y, desde esas ideas básicas, ha manejado el concepto de azar y la generación de los diferentes modelos matemáticos del azar (teorías de probabilidades) en el curso de nuestra comprensión evolutiva de los fenómenos de la naturaleza (ver debate en el Programa Idea Central “Las leyes del azar” partes 1 y 2 y la charla en “Pasión UC”)
A nivel de la formación de los investigadores en matemáticas, ha insistido en la necesidad de la reflexión filosófica para poder desarrollar las ciencias. Sus alumnos han pasado casi todos por las “Tertulias Filosóficas”, inauguradas en 1983, para abordar temas de filosofía de las ciencias con estudiantes de postgrado de diferentes especialidades: matemáticos, físicos, biólogos.
Asimismo, durante varios años dictó un curso del ciclo Formación General en la Pontificia Universidad Católica, con el título “Del Azar y sus modelos matemáticos”. Este curso estaba orientado a alumnos no matemáticos, principalmente de las carreras de psicología, arte, medicina, economía, música y teología. Más recientemente, ha dictado el curso “Diálogos sobre la interpoiesis” en el programa de Magister de la Facultad de Filosofía de la UV, y ha participado en proyectos FONDECYT de filosofía de las ciencias colaborando con el profesor Juan Redmond de dicha Facultad.
Es la reflexión filosófica la que, ciertamente, le ha permitido tener un buen diálogo con investigadores de física, biología, ingeniería y de diferentes especialidades de la matemática. Como miembro de la Asociación Chilena de Filosofía (ACHIF), ha participado en los congresos nacionales de esta asociación, como también en los congresos internacionales de la Asociación de Historia y Filosofía de las Ciencias (AHFIC). Representó hasta el año 2016 a la Facultad de Matemáticas de la PUC en el comité organizador de las jornadas anuales de filosofía y ciencia, que llevan el nombre de Rolando Chuaqui, y en que participan las universidades de Santiago, Concepción, Valparaíso, Universidad de Chile y Universidad Católica, coordinadas por el profesor Wilfredo Quezada.
Rolando Rebolledo y Rolando Chuaqui compartieron la pasión por la filosofía. Chuaqui dedicó gran parte de su vida a investigar sobre los fundamentos de las matemáticas y de las probabilidades en particular. Lo hizo desde el punto de vista de la lógica formal, justificando al interior de ella los conceptos que otrora diesen vida a la noción de suceso y probabilidad de este en la visión de Laplace. Para ello debió hacer un largo camino que lo llevó a trabajar con el análisis no estándar, trabajo que quedó plasmado en su último libro “Truth, Possibility and Probability”. Durante un tiempo, él pensó que su modelo podía incluir a la Mecánica Cuántica.
Para Rebolledo, en cambio, la categoría fundamental no es la probabilidad, sino el azar. Al revés de Chuaqui, Rebolledo ha planteado que las teorías de probabilidad no son más que meros instrumentos matemáticos, siempre en evolución, cuya única función es ayudarnos a comprender las leyes del azar y esto último requiere no considerar las matemáticas como un sistema cerrado.
En las discusiones que ambos matemáticos sostuvieron sobre este tema, Chuaqui finalmente concordó con Rebolledo en que su modelo no podía incluir la Mecánica Cuántica, lo que sí puede hacer el modelo algebraico de probabilidades que contiene al modelo conmutativo y al no-conmutativo a la vez. Corría el año 1993 y cuando ambos trabajaron en una investigación usando el análisis no estándar para demostrar que todo espacio algebraico de probabilidad es en cierto modo “equivalente” al modelo de probabilidades cuánticas de Von Neumann. El trabajo quedó lamentablemente inconcluso al fallecer Rolando Chuaqui en marzo de 1994.